martes, 18 de diciembre de 2012

¿MÚSICA QUE REALMENTE ALABA EL NOMRE DE DIOS?

La música Cristiana tiene como objetivo fundamental la alabanza y la adoración a Jesucristo, bajo una misma motivación: la fe cristiana. Pero, ¿realmente se alaba el nombre de Dios a través de cualquier canción que sea etiquetada como ’’cristiana’’?, ¿Cuál es, a la luz de la verdad, la música que realmente adora al Creador?, ¿Qué pasa con los nuevos ritmos que han atraído a la juventud de las iglesias actualmente?, ¿existe un género en especial que alabe a Dios? ..todas las preguntas resueltas a través del estudio de la música en una iglesia en particular: la Adventista del Séptimo Día. 







LA CRÓNICA



Corporación Educativa Adventista - Cámbulos
Sábado, temprano en la mañana, recorriendo la calle 5ta de la ciudad de Cali, rumbo al barrio Los Cámbulos, barrio en el que espero encontrarme una iglesia que he visitado toda mi vida, ésta vez de forma especial,  con ansias de llenarme de la música con la que los adventistas amenizan cultos para la congregación que semana tras semana, acude a la iglesia no sólo para alabar el nombre del Dios del cielo, sino también a aprender una porción de la palabra y acrecentar su fe en Dios. 

En primer lugar, el adventismo se basa fundamentalmente en la creencia del segundo advenimiento del hijo de Dios a la Tierra, para poner fin al pecado y a su autor, el enemigo de las almas, y llegarse consigo a los justos, que esperan pacientes por el regalo de la salvación, la vida eterna. En segundo lugar, se cree en el cuarto mandamiento, que expresa el séptimo día como día de reposo, día separado para la adoración de Dios, y guardado para Él, ¿No debería ser la música un don especial para acompañar los servicios de adoración?


Se me ha informado desde hace algunos días que este sábado no habrá un culto de adoración y escuela sabática regulares, sino que, en la iglesia adventista de Nuevo Amanecer se realizará la ceremonia de consagración de los bachilleres de este año. Siendo esta una tradición celebrada en la Corporación Educativa Adventista, sede Cámbulos, -en la cual también se reúne todos los sábados, en el auditorio principal, parte de la comunidad adventista caleña-, desde 1991, en una institución que cuenta ya con 58 años de actividad académica. 

Según el rector de la mencionada institución, el Licenciado Filiberto Ramírez, antes del 91 se realizaban las colaciones de grado un domingo de noche, pero a medida que pasaba el tiempo, se sentía cada vez más la necesidad de que los jóvenes que terminaban su bachillerato enfrentaran la vida con una huella espiritual y una palabra de aliento que los impulsara a seguir adelante, conociendo que sólo de la mano de Jesús podrían dar la cara a un mundo lleno de dificultades, de tratos inesperados, de pérdidas, de ganancias, de dolor y retos, pero  también de alegrías, amistades, compañerismo y triunfos.


Servicio de canto, ceremonia de consagración
Es por este motivo que el programa para las graduaciones cambió a los sábados, con una ceremonia de consagración el sábado en la mañana, y posteriormente, la colación en la noche del mismo día. La ceremonia suele ser un momento especial de agradecimiento a Dios, y a los padres y familiares que contribuyeron, de una forma u otra para alcanzar una nueva meta, y finalmente un sencillo pero imprescindible momento de oratoria de parte de un pastor invitado, o incluso el director de grado de la promoción, a través de sabias  y directas palabras que instan a los jóvenes emprendedores a tomar cada nueva etapa con responsabilidad; siempre mirando hacia adelante, pero sin olvidar de dónde  vienen.



Me parece este el momento indicado para darle un pequeño giro a la historia y revelar que realmente el colegio del cual les hablo, es el mismo que me vio crecer durante mis años de primaria, bachillerato y media vocacional, al cual le debo la mayor parte no sólo de conocimientos teóricos en toda área, necesarios para afrontar una carrera universitaria y convertirme en un profesional, sino también de formación en valores. Confesión realizada con la intención de verificar el sentido de pertenencia, la emoción, agradecimiento y nostalgia que no se sienten en todos los colegios de la misma forma, dándole un toque de especial atención al momento de consagración. 



Pero ¿porque dar tanta importancia a la graduación de una promoción de estudiantes de la institución y NO de la iglesia que ahí se reúne? Por el simple hecho de que es éste uno de los momentos en los que la oración, la meditación y la ofrenda musical toman especial relevancia en el transcurso de la ceremonia, siendo ésta última la mejor forma de regalar ese agradecimiento palpitante a la vista, al Dios del cielo por un triunfo alcanzado.



En mi grado, celebrado hace ya dos años, tuve la oportunidad de participar en la parte musical de la jornada, tanto en la mañana como en la noche. Este año tuve el enorme privilegio de ser invitado para la parte musical nuevamente. Así que marcando el reloj las 9:15 de la mañana y con el espíritu acorde a la situación, comenzó el programa con el primer servicio de adoración.



Particularmente, me llamó bastante la atención que se podía sentir el ambiente de reverencia creado por detalles tan simples como la especial decoración del auditorio del colegio, bastante distinto a como se ve normalmente, una organización bastante planeada a carga de algunos alumnos de grado décimo, escogidos para este fin. Éstos pequeños detalles, sumados a la suave música de piano de fondo, causaron cierta influencia en la audiencia, que en su mayoría, no pertenecía a la Iglesia Adventista. 

Recuerdo muy bien la noche anterior, en la que ensayábamos los himnos que serían parte de los servicios musicales. Nuestro director, el músico Juvenal Moreno nos instaba y hacía bastante énfasis en que lo que íbamos a tocar tuviera el poder de elevar a las personas hacia un espíritu de adoración, de gratitud, que no fuera influenciado por el ritmo, especialmente de la guitarra, interpretada por este servidor.  Melodías alegres, algunas suaves, que no desvíen la atención de los presentes, que se debe mantener en la adoración, del Dios del cielo, como aquél que hace posible que nos levantemos todos los días, con una meta por realizar, aquél Dios que nos guarda, nos sustenta y nos da la salud, y gracias al cual se celebra una promoción mas de jóvenes que acaban una etapa en su vida, listos a enfrentar el mundo.


Este es el mensaje principal que debe proyectar la música cristiana, reflejar la verdad de Cristo, la verdad de la salvación; dar un mensaje a las personas para instarlas a tener una relación personal con el Creador. La música tiene más poder del que nos podemos imaginar, y así como puede hacernos bailar, enamorar, reflexionar, así como con una nota nos puede hace sentir mil sensaciones, así también puede ayudarnos a darnos cuenta que contamos con alguien que jamás nos ha fallado, alguien que jamás nos fallará.


En los links que se muestran a continuación se pueden ver los fragmentos de la ceremonia de consagración, en especial los himnos de los servicios. :


Ceremonia de Consagración - Parte I
Ceremonia de Consagración - Parte II
Ceremonia de Consagración - Parte III
Ceremonia de Consagración - Parte IV

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